Suspendido entre lo que fue y lo que pudiera ser, el cuero aguarda el soplo creativo conteniendo en su íntima estructura una chispa latente de Vida deseosa de nacer a una nueva forma de existencia. A veces, si se trabaja con la debida compasión, se consigue que esa chispa vuelva a brillar y anime la obra dotándola de carácter. Selim

27 dic 2009

Correa de reloj




El tiempo atrapado en la piel.
¡Qué cruce en tu muñeca
del tiempo contra el tiempo¡
Reló, frio, enroscado,
acechador, espera
el paso de tu sangre
en el pulso. Te oprimen
órdenes, desde fuera:
tic tac, tic tac,
la voz, allí en la máquina.
A tu vida infinita,
sin término, echan lazos
pueriles los segundos.
Pero tu corazón
allá lejos afirma
-sangre yendo y viniendo
en tí, con tu querer-
su ser, su ritmo, otro.
No. Los días, el tiempo,
no te serán contados
nunca en esfera blanca,
tres, cuatro, cinco, seis.
Tus perezas, tus prontos,
tu gran ardor sin cálculo,
no se pueden cifrar.
Siéntelos tú, desnuda
de reló, en la muñeca:
latido contra número.
¿Amor? ¿Vivir? Atiende
el tic tac diminuto
que hace ya veinte años
sonó por vez primera
en una carne virgen
del tacto de la luz,
para llevarle al mundo
una cuenta distinta,
única, nueva: tú.
Pedro Salinas